Nuestra carta es sencilla, sabrosa y sin rodeos:
Antipasti con chispa, pizzas finas y crujientes hechas como debe ser, y algún que otro plato que —aunque no sea pizza— te va a enamorar.
Aquí no se viene a descubrir la alta cocina.
Se viene a pedir otra ronda, a compartir una mortadella con vistas, a brindar y a quedarse un rato más.
Pizza Mar no es solo lo que comes.
Es ese momento que huele a tomate de verdad, suena a hielo en el vaso y te recuerda por qué te gusta tanto el verano.
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